martes, 10 de noviembre de 2020

Trastorno del espectro autista



 El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección neurológica y de desarrollo que comienza en la niñez y dura toda la vida. Afecta cómo una persona se comporta, interactúa con otros, se comunica y aprende. Este trastorno incluye lo que se conocía como síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Se lo llama "trastorno de espectro" porque diferentes personas con TEA pueden tener una gran variedad de síntomas distintos. Estas pueden tener problemas para hablar con usted y es posible que no lo miren a los ojos cuando usted les habla. Además, pueden tener intereses limitados y comportamientos repetitivos. Es posible que pasen mucho tiempo ordenando cosas o repitiendo una frase una y otra vez. Parecieran estar en su "propio mundo".


Síntomas del autismo

Los síntomas de una persona con autismo pueden ser muy diferentes de los de otra persona con autismo. Una persona con autismo podría tener síntomas leves, mientras que otra podría tener síntomas más graves, pero ambas tienen trastorno del espectro autista.
A pesar de la variedad de posibles síntomas, hay ciertas acciones y conductas comunes en las personas con ASD que podrían indicar que un niño se encuentra dentro del espectro autista.

En general, los principales signos y síntomas del ASD se relacionan con:

  • la comunicación e interacción con otras personas.
  • y rutinas o conductas repetitivas, a veces llamadas conductas estereotipadas.



La importancia de un diagnostico a tiempo 

Realizar un diagnóstico a tiempo e iniciar tratamiento rápidamente puede mejorar el pronostico de pacientes de TEA. Este tratamiento debe ser integral y sus profesionales deben estar perfectamente coordinados e interactuar con la familia. No hay que olvidar que estos tratamientos deben tener en cuenta las características individuales de cada persona.

Datos y cifras

  • Uno de cada 160 niños tiene un trastorno del espectro autista (TEA).
  • Los TEA comienzan en la infancia y tienden a persistir hasta la adolescencia y la edad adulta.
  • Aunque algunas personas con TEA pueden vivir de manera independiente, hay otras con discapacidades graves que necesitan constante atención y apoyo durante toda su vida.
  • Las intervenciones psicosociales basadas en evidencias, como la terapia conductual y los programas de capacitación para los padres, pueden reducir las dificultades de comunicación y comportamiento social, y tener un impacto positivo en el bienestar y la calidad de vida de las personas con TEA y de sus cuidadores.
  • Las intervenciones dirigidas a las personas con TEA deben acompañarse de medidas más generales que hagan que los entornos físicos, sociales y actitudinales sean más accesibles, inclusivos y compasivos.
  • Las personas con TEA sufren estigmatización, discriminación y violaciones de los derechos humanos. Su acceso a los servicios y al apoyo es insuficiente a nivel mundial.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario