lunes, 24 de mayo de 2021

¿Cómo mejoro mi autoestima?

 





Una idea de nosotros mismos, puede proteger  nuestra autoestima y a no ser injustos con nuestro ser

 

La autoestima siempre ha sido considerada como un elemento crucial para nuestra salud emocional; para Maslow, una gran parte de las personas que no desarrollan un buen nivel de autoestima no podrán autorrealizarse (Santrock, 2002).

Por otro lado, la autoestima se constituye desde edades tempranas y puede llegar a aportar en nuestro crecimiento saludable, además de las relaciones que desarrollamos con nuestras familias, nuestras amistades, nuestras parejas y las demás personas.

Por esto dejaré acá enmarcadas algunas definiciones que se puedan encontrar de lo que es la autoestima:

La autoestima es la consideración que tienen las personas sobre sí mismas (Rice, 2000; citado en Naranjo, 2007).

La capacidad de las personas de establecer su propia identidad y atribuirse valor (Güell y Muñoz, 2000; tomado de naranjo, 2007).

Tiene que ver con nuestra habilidad de pensar y afrontar los retos básicos de la vida (shibutani, 1971; tomado de Gonzales-Arratia, 1996).



De esta forma, la autoestima es esa forma de mirarnos, de valorarnos y de querernos; y esto es producto de una evaluación y comparación de nuestras cualidades con las de las otras personas. Es decir, cuanta mejor valoración tengamos de nuestros atributos personales (ser inteligente, amable, buena persona o hábil en matemáticas) más alta será nuestra autoestima, y cuanto peor sea esta valoración, más baja será.

 

Entonces, ¿Qué hago para mejorar mi autoestima ?

Lo primero es empezar a mirar hacia adentro y cuestionar la manera en que nos valoramos a nosotros mismos; dejemos de definirnos a través de adjetivos absolutos como que somos buenas personas, inteligentes, guapos/as o competentes. Por el contrario, empecemos a separarnos de nuestras acciones; yo puedo cometer un error o hacer algo malo y eso no me hace una mala persona, puedo equivocarme y eso no me convierte en un tonto.}

ALBERT ELLIS, trabajó de manera sostenida con un concepto que se opone al paradigma de la autoestima basada en logros y comparaciones; se trata de la autoaceptación incondicional, y puede ser resumida mediante una frase con una potencia increíble: “yo soy un ser valioso por el simple hecho de estar vivo/a”.

Mirémoslo así. Si mi autoestima está basada, por ejemplo, en mi inteligencia, cada vez que falle intelectualmente o aparezca alguien más hábil que yo, mi valor personal se verá afectado; además, constantemente estaré sintiendo presión por no fallar, ya que estaré jugándome el amor propio a cada minuto con mi desempeño.

Por el contrario, si me acepto incondicionalmente, no tendré esa presión extra o auto-obligación de no fallar, estaré menos expuesto a cometer errores (ya que mi carga se ha aligerado), y si meto la pata, estaré decepcionado de mi actuación, pero no me sentiré menos, ni disminuirá mi valor o amor hacia mi persona.

En conclusión, la clave para mejorar nuestra “autoestima” está en no definirnos por nuestras acciones pasadas, que de ellas no dependan nuestro valor como personas; es mejor reconocer que nuestra valía radica en estar vivos/as y, al apreciar nuestra existencia, se abre un mundo de posibilidades donde podemos decidir qué es lo que queremos y dar nuestro mejor esfuerzo sin la necesidad de jugarnos el amor propio.






Cómo superar tus pensamientos negativos

 


En la mayoría de los casos, los pensamientos negativos no son en sí un problema psicológico; son tan solo el reflejo de aquello que no sale de acuerdo a nuestros intereses o situaciones de las que quizás muchas veces no somos conscientes.

De esta manera debemos saber que el mundo en el que estamos no está diseñado para encajar siempre con nuestros intereses, creencias y preferencias y debido a esto muchas veces surgen pensamientos y emociones que se escapan de nuestro control, plasmando esa diversidad de experiencias que son estructuradas como buenas y malas.  

Sin embargo, hay casos en los que los pensamientos negativos y generadores de malestar pasan a ser parte del problema. Esto ocurre particularmente cuando “entramos en bucle” y pasan a ser, además, pensamientos intrusivos, que nos vienen a la cabeza una y otra vez a pesar de (o precisamente a causa de) lo mal que nos lo hacen pasar.

Pero, ¡No te preocupes!, ante esta clase de problemas hay varias cosas que podemos hacer.

Es relevante saber que lo primero que debemos hacer para enfrentar estos pensamiento negativos que se vuelven problemáticos en nuestro día a día, es decir aquellos que generan un malestar que se repite con frecuencia y no logramos controlar , es acudir a un acompañamiento psicológico.

Sin embargo, si consideras que el malestar que sientes por los pensamientos negativos no llegar a constituir un problema que merezca la atención psicológica puedes optar por realizar algunos cambios en tu día a día, como los a continuación propuestos.



1.   NO TRATES DE ALEJARTE DEL TODO DE TUS PENSAMIENTOS NEGATIVOS



¡Lectores! No es realista proponernos bloquear totalmente nuestros pensamiento negativos ya que resulta contraproducente, porque no pone en estado de alarma frente a nuestra propia consciencia generando una predisposición a atraer más pensamientos negativos, entre ellos los que queremos eliminar.


2.   DISTINGUIR LO QUE TE GENERA ANSIEDAD DE TUS PENSAMIENTOS NEGATIVOS


Es importante que reconozcas tus emociones y descubras en que escenarios de tu vida se presentan los pensamientos negativos, así mismo, observar el contenido de esos pensamientos como si fueras una tercera persona que toma nota de lo que pasa en tu mente, de esta manera detectaras temas y generalidades en los contenidos de esos pensamientos y empezaras a verlos no como un elemento de la vida sino como una construcción de tu mente.


3.   LLEGA A ESTABLECER HABITOS DE SUEÑO


Uno de los momentos en los que los pensamientos negativos recurrentes causan más estragos es cuando estamos intentando conciliar el sueño, sin apenas estímulos sensoriales que nos distraigan de nuestros pensamientos y la predisposición a preocuparnos si notamos que hay algo que nos mantiene en vela.

Para minimizar las posibilidades de tener problemas en este sentido, es importante tener un horario de sueño claro y, si notamos que nos cuesta dormirnos, salir de la cama durante 15 o 20 minutos y realizar alguna actividad relajante y no exigente física o intelectualmente antes de volver a intentar dormir.


4.   APRENDE A HACER “RESET”


Cuando notes que estás en un estado ansioso que te pre dispone a “entrar en bucle”, realiza una actividad sencilla que te permite centrar tu atención en metas a corto plazo: salir a correr, leer, meditar, etc. Piensa que no es tiempo perdido, sino que sus efectos psicológicos beneficiosos te permitirán centrarte y rendir mejor a la hora de realizar las tareas y responsabilidades que debes cumplir.


      5. ESTILOS DE VIDA SALUDABLE

Las personas en buen estado físico tienen una predisposición menos a sufrir problemas con la gestión de sus emociones. Come bien, haz ejercicio regularmente y cuida de ti en general.