Factores de riesgo
- La pandemia puede agudizar cuadros ansiosos o depresivos ya presentes en los adultos mayores (algunas veces poco diagnosticados), al aumentar la carga de estrés mental por la posibilidad de contagiarse con COVID-19.
- Puede aumentar el estrés en adultos mayores por ser población de riesgo e incrementar así su sensación de fragilidad.
- El aislamiento social necesario por la cuarentena puede disminuir o interferir en las redes de apoyo social con la que cuentan muchos adultos mayores, pudiendo acrecentar la sensación de soledad en ellos.
- Puede aumentar la amenaza a perder relaciones significativas con otros adultos mayores, debido al posible aumento de la mortalidad en ese grupo de riesgo.
Prevención
- Regule la cantidad de información a la cual los adultos mayores puedan tener acceso respecto a la pandemia. Lo suficiente para que se mantengan informados de la situación actual y al mismo tiempo puedan sentir que pueden tomar decisiones sobre sus vidas.
- Incentive que los adultos mayores tengan un rol social dentro de su vecindario y familia. Por ejemplo, pida consejos a los adultos mayores, basándose en su experiencia y sabiduría.
- Favorezca la sensación de pertenencia que un adulto mayor pueda tener en su familia, comunidad u hogar de ancianos.
- Incentive que los adultos mayores sigan realizando o inicien nuevas actividades que estén permitidas según su localidad y que no tengan riesgo de contagio. Caminar en patios cerrados, tomar sol en terrazas de departamentos, escuchar música, leer, jugar juegos de mesa o hacer deporte, entre algunas de ellas, pueden ayudar a conservar el bienestar mental.
- Pregunte a los adultos mayores cómo se sienten, cómo su rutina ha cambiado, y qué cosas están haciendo para poder sobrellevar la situación actual.
Cuídalos, tienen mucho que enseñarte
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