lunes, 14 de julio de 2025

Hacia el entendimiento del consumo de sustancias: modelos y enfoques.

 

¿Qué es un modelo? 



Los modelos son sistemas cerrados, más o menos coherentes, que contienen un conjunto de discursos y normas debidamente jerarquizados, además de unas formas de acción y procesos de institucionalización derivados de ellos.  

Estos sistemas implican una toma de posición respecto a la realidad (semejante al papel que cumplen los paradigmas), por lo que se articulan a valores, visiones del mundo, concepciones de sujeto, responsabilidades, etc. (Romani, 1999). La Organización Mundial de la Salud, entiende el modelo como un conjunto de relaciones entre elementos claves en una estructura, o en un proceso que se puede generalizar y aplicar a muchas otras situaciones y procesos similares (OMS, 1983).

Los modelos son estructuras que poseen jerarquías, tienen una posición ideológica de fondo y están relacionados con las acciones institucionales. Se puede plantear que los modelos que abordan el tema de las adicciones son en parte constituidos por los discursos sobre las adicciones, es decir, los discursos producidos desde lo institucional, a diferencia del discurso de las adicciones, el cual es construido por los propios sujetos en su vida cotidiana (Ghiardo, 2003). 

Los modelos se orientan a través de tres elementos fundamentales para el estudio de las adicciones como son la sustancia o la conducta adictiva, el sujeto y el contexto, existe diversidad en la manera de entenderlos.




Modelo ético – jurídico.

Este le asigna un papel fundamental a la sustancia o la conducta, el objetivo principal consiste en la reducción o regulación de la oferta, en propender para que las drogas no legales estén fuera del alcance de la población y legislar sobre las conductas de consumo.


Medico sanitario. 



Toma como principal elemento de referencia la sustancia o a la conducta adictiva, pero, a diferencia del modelo anterior, la sustancia o la conducta es vista por las consecuencias que puede ocasionar sobre la salud de los individuos, por lo que el objetivo fundamental aquí es el de preservar la salud.


La perspectiva psicosociocultural. 


Está compuesta por tres modelos (sociocultural, ecológico y psicosocial) más que diferenciarse tienden a complementarse. En el modelo sociocultural, su principal elemento es el contexto, visto desde las condiciones socioeconómicas y ambientales. Lo más importante es apartar al individuo de su ambiente, rehabilitarlo y reinsertarlo socialmente. 



El otro modelo de esta perspectiva es el ecológico, el principal elemento lo compone el contexto y la interrelación e interdependencias complejas entre el sistema orgánico, el sistema comportamental y el sistema ambiental. Para este modelo, las adicciones se ven como un como un fenómeno global y problema social que incluye al individuo, a la familia, la comunidad, la sociedad, el sistema histórico, cultural, político y a la propia adicción y sus efectos sobre el individuo, quien realiza su comportamiento en un marco ambiental.  


En el modelo psicosocial, su elemento principal es el sujeto y su comportamiento, “reconoce la infinita complejidad de cada ser humano y la influencia determinante de los factores psicológicos y del medio circundante, en la génesis de las adicciones”. El consumo de psicoactivos o una conducta adictiva, va más allá de la ingesta de una sustancia química a un organismo o de la propia conducta en si misma. Si bien es cierto, se da ese ingreso no es sólo la sustancia física en sí la que es consumida, al igual que no es solo la conducta. Se puede establecer una relación con una historia, símbolos, significados, sentidos, conocimientos que se construyen en relación con las mismas. 


Modelos de atención en adicciones para el Ministerio de Salud en Colombia.


  • Comunidad terapéutica.
  • Grupos de los 12 pasos.
  • Modelo de Minnesota. 
  • Espiritual, religioso o teoterapia. 
  • Clínico – psiquiátrico. 
  • Psicológico interdisciplinario. 
  • Pedagógico reeducativo. 
  • Terapias alternativas. 
  • Matrix.
  • DIRT. 


Comunidad terapéutica.




Consisten en programas estructurados y jerarquizados para los pacientes, cuya permanencia puede durar entre 6 hasta 18 meses, requiriendo que ingrese por su propia voluntad y acepte las reglas del recinto. Aquellos residentes que llevan mayor estancia están en una jerarquía mayor, lo que otorga funciones con mayor grado de responsabilidad, como la coordinación de los demás residentes. 

Grupos de los 12 pasos.




Este modelo se desarrolla a partir del trabajo inicial de Alcohólicos Anónimos (A.A.) en el año 1935.  El programa de A.A. juega un papel muy importante a nivel mundial, como modelo que ha ayudado a muchos pacientes a superar la adicción al consumo de alcohol. Su legado se ha extendido a programas similares, como Narcóticos Anónimos, Jugadores Anónimos, Comedores Compulsivos, Fumadores Anónimos, etc. 


Modelo Minnesota. 




Este modelo parte de integrar aspectos físicos, mentales, existenciales y sociales, para abordar el problema de las adiciones, por lo tanto se aleja de considerarlo un vicio, hábito o problema de la personalidad del individuo. Con la presión familiar o una orientación profesional se puede invitar a la persona a iniciar el proceso terapéutico, sin necesariamente estar completamente motivado.

Espiritual, religioso o teoterapia. 




Una reflexión sobre las dimensiones biológicas, emocionales, neurofisiológicas y espirituales de la persona.  La teoterapia es una manera de desarrollar la espiritualidad, es decir, es una terapia de profilaxis psíquica teniendo por entorno la sociedad de consumo.  La teoterapia integra conceptualmente Cuerpo-Mente-Espíritu, es un modelo que amalgama diferentes corrientes psicológicas junto con otras áreas de conocimiento.

Clínico – psiquiátrico. 





Este modelo se centra, según la sustancia de abuso o la gravedad de la conducta adictiva, en el uso de fármacos específicos para su tratamiento. El tratamiento tiene cuatro objetivos generales: 

1) El control de síntomas del síndrome de abstinencia (desintoxicación).
2) La administración de una droga substituta que permita mayor funcionalidad del paciente, mientras supera el síndrome de abstinencia. 
3) Administración de fármacos antagonistas que bloquean los efectos de la sustancia psicoactiva. 
4) Farmacoterapia para el tratamiento de trastornos psiquiátricos detectados conjuntamente con las adicciones (manejo del doble diagnóstico).

Psicológico interdisciplinario. 

Este modelo recoge diversos modos de entender y abordar dicha problemática, principalmente a través de postulados de la psicología. Por ejemplo, toma en cuenta la teoría cognitivo conductual y el aprendizaje social, que parte del supuesto que toda conducta y sus derivados son aprendidas, por lo que del mismo modo pueden ser “desaprendidas” o modeladas.

Pedagógico reeducativo. 




El modelo pedagógico-reeducativo basa la atención y abordaje del problema, en la formación y educación. Apunta a la prevención y rehabilitación social, especialmente en el caso de niños y adolescentes con problemas legales y de socialización, a través de la capacitación. 

Terapias alternativas. 



Estos modelos incorporan conocimientos médicos no alopáticos, de los cuales muchos se basan en el conocimiento médico ancestral oriental, sus técnicas, tratamientos y la espiritualidad. El yoga, la meditación, la homeopatía, la acupuntura, las cámaras hiperbáricas, la toma “terapéutica” del yagé, el uso de laxantes, eméticos naturales para la purga del cuerpo y el uso de complementos nutricionales o la sueroterapia, son ejemplos de aplicaciones alternativas. 

Matrix.

Es un programa ambulatorio orientado a la adicción a estimulantes, con fuerte contenido en prevención de recaídas y un diseño que contempla un alto respeto por la dignidad de los pacientes. El enfoque de dicho modelo proporciona una experiencia terapéutica estructurada, en la que el paciente recibe información y asistencia, para lograr un modo de vida libre de adicción, y apoyo para conseguir y mantener la abstinencia. Durante 16 semanas, los usuarios asisten a varias sesiones intensivas, ambulatorias y de apoyo. Los pacientes pueden empezar a asistir a los grupos de Apoyo Social una vez hayan completado las 12 sesiones de educación para la familia, mientras continúan asistiendo a las sesiones grupales de Prevención de Recaídas.

Detección, Intervención breve y Remisión a Tratamiento (DIRT).

Es un enfoque integral para abordar los problemas de sustancias fuera de los entornos tradicionales de tratamiento de la adicción. La intervención es una breve conversación dirigida, en la que el profesional de la salud aprovecha las técnicas de entrevista motivacional para fomentar el cambio de comportamiento, se proporciona la remisión a tratamiento para los pacientes que cumplen los criterios de adicción. Es utilizado para la detección e identificación de personas con potencial riesgo de abuso de sustancias y conductas adictivas. Dicho modelo apunta a dos áreas específicas de interés, detección precoz e intervención breve con las personas que están en situación de riesgo. 

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