martes, 29 de julio de 2025

Conductas adictivas: segunda parte.

 

Las compras compulsivas, la vigorexia y adicción al consumo de contenidos por medio del celular. 





Las llamadas también “adicciones sin droga” surgen como una actividad, que en principio es aparentemente inocua, que realizan las personas de manera repetitiva y que le produce placer y satisfacción, además de la consecución de algún objetivo y una gran sensación de tener el control. 

El día de hoy haremos el abordaje de tres conductas que por si mismas no son negativas como son hacer las compras, practicar algún deporte o hacer ejercicio y el uso de diversos dispositivos tecnológicos (como son el teléfono inteligente, la Tablet, el computador portátil, el computador de escritorio, entre otros) para consumir contenidos en línea (como son las redes sociales virtuales, YouTube, TikTok,  Onlyfans, videos de contenido erótico, y demás). 

No obstante cuando son conductas que se desarrollan sin control, sin un propósito claro, con afectación negativa en las áreas de desempeño (académica, laboral, familiar, pareja y social), y que van generando secuelas en la salud física, mental y emocional, ya entramos al terreno de una conducta problemática o hasta incluso hablar de una adicción como tal. 


Adicción a las compras (compras compulsivas). 




El trastorno de compras compulsivas se caracteriza por un comportamiento desadaptativo de compra persistente e irresistible, que ocasiona graves consecuencias negativas al individuo y a su entorno (conflictividad familiar y de pareja, disminución del rendimiento a nivel laboral o escolar y problemas financieros). El trastorno de compras compulsivas se caracteriza además, por la presencia de preocupación, impulsos y/o comportamientos desadaptativos de compra persistentes, que ocasionan un perjuicio al individuo y/u otras personas de su entorno. Los episodios de compra son más frecuentes y duran más tiempo del planificado y habitualmente consisten en la adquisición de objetos que no se necesitan.

Frecuentemente es una conducta que se realiza en solitario, comprando en cualquier establecimiento, las personas que compran de manera compulsiva, experimentan reducción de la ansiedad y elevada excitación y otras emociones positivas durante el acto de comprar. Sin embargo, rápidamente son seguidos por sentimientos de tristeza, culpa o enfado cuando se ha adquirido el producto. Por esta razón, en muchas ocasiones los productos no se utilizan y se almacenan.  

La edad media de inicio del trastorno se sitúa entre los 18-30 años de edad y el curso tiende a ser crónico, sin embargo, se ha visto que los pacientes tardan una media de diez años en buscar tratamiento especializadoPresenta una elevada comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos, sobre todo trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastornos por dependencia de sustancias, trastornos de la conducta alimentaria y otros trastornos del control de impulsos. 

En la población general la prevalencia se sitúa entre un 1 % y un 11,3 % y se observa que es más frecuente en mujeres que en hombres.  Se ha visto que las mujeres tienen más propensión que los hombres a utilizar las compras como estrategia de regulación emocional. En cuanto a los objetos adquiridos, también se han observado diferencias de género: mientras los hombres tienden a comprar objetos instrumentales y de ocio relacionados con la independencia y la actividad, las mujeres suelen comprar más objetos simbólicos y de autoexpresión asociados con la apariencia y el bienestar emocional. 

Las nuevas tecnologías han contribuido a exacerbar este trastorno, encontrándose cifras de compras compulsivas en línea en torno al 16 %. Algunos autores destacan el hecho de que internet permite comprar sin ser observado, evitando la interacción social y obteniendo una gratificación rápida, elementos que facilitan el descontrol de la conducta. 

La causa de las compras compulsivas es desconocida, pero se plantea que factores psicológicos, biológicos y sociales contribuyen a su desarrollo y mantenimiento. En referencia a los factores psicológicos que más sobresalen, la mayoría de teorías coinciden en la función de la compra como estrategia para mejorar el estado de ánimo, la baja autoestima, las compras como estrategia de evitación de los problemas. En el desarrollo y mantenimiento del trastorno, hay evidencia del papel del rasgo de la impulsividad, sobre todo como respuesta a estados de ánimo, tanto positivos como negativos.

Algunas de las características que presenta la persona que compra de manera impulsiva son las siguientes:

  1. Adquieres cosas que no necesitas o no habías planeado.
  2. Sientes remordimientos tras hacer una compra.
  3. Haces compras cuando estás de mal humor, tienes estrés o depresión.
  4. Luchas constantemente con deudas o problemas de dinero.
  5. Sientes la necesidad de esconder tus compras de otras personas.
  6. Te cuesta seguir un presupuesto y siempre gastas más.
  7. Adquieres el mismo tipo de artículo sin necesidad real.
  8. Dependes de las tarjetas de crédito.
  9. Pones excusas como “me lo merezco” o “para eso trabajo” a pesar de que tienes deudas pendientes o son gastos que se salen de tu presupuesto.
  10. Sientes que comprar es la solución a un vacío emocional.

A nivel biológico, se plantea que el déficit en el funcionamiento de determinados neurotransmisores (sistema dopaminérgico, serotoninérgico y opioide) explicaría la existencia y mantenimiento de dicha conducta adictiva. También existen pruebas de que las compras compulsivas se relacionan con aprendizajes de este tipo de conducta en el ambiente familiar, las formas de crianza disfuncionales (excesiva autoridad por parte los padres, falta de afecto durante la infancia, entre otros) y la presión de los amigos hacia el consumo. 

También, respecto del origen de las compras compulsivas, dentro de las motivaciones detrás de esta conducta se pueden señalar entre otros:

1. La satisfacción o gratificación inmediata: la generación de dopamina asociada al placer o a la recompensa. 
2. La presión social y la baja autoestima: a menor autoestima se aumenta el riesgo que las compras se hagan para compensar la pobre visión acerca de si mismo(a). 
3. Poca tolerancia al malestar y a la incertidumbre: se recurre a las compras para evitar el malestar, para aliviar la ansiedad o el estrés. 
4. Compras por compensación: después de un periodo de privación de no poder hacer compras, debido por ejemplo al confinamiento, una situación económica difícil, el desempleo entre otros, se realizan compras como una estrategia de compensar las privaciones pasadas. 

En relación al tratamiento psicológico, el tratamiento más eficaz es la terapia cognitivo-conductual, tanto en formato individual como grupal. Los objetivos de la terapia se centran en interrumpir y controlar la conducta de compra problemática, establecer patrones de compra sanos, reestructurar pensamientos irracionales y emociones negativas asociadas con la compra y desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas. La mayoría de estudios han demostrado reducción significativa tanto del número de episodios de compra compulsiva como del tiempo invertido en esta conducta, y esos resultados se mantenían a los 6 meses de haber finalizado el tratamiento. 

Para una breve ilustración de lo que puede pasar en los pensamientos de una persona con problemas asociados a su conducta de comprar veamos este corto video extraído de la película, "Loca por las compras":




Vigorexia: adicción al ejercicio. 



No es de negar la existencia en mayor o menor medida en el contexto internacional, de un culto que adquiere tintes de excesivo a la belleza corporal y una obsesión por la salud entendida como la perfección corporal y estética. El cuerpo se ha convertido para muchas personas en el referente más importante de su propia identidad que homogeneiza valores a falta de otros de diferente naturaleza. Los medios de comunicación también refuerzan este mensaje por medio de películas, redes sociales virtuales, videos cortos y la publicidad en general, hasta se relaciona la felicidad con la imagen del cuerpo, asociando entre si los conceptos de hermosura, bienestar y salud (Rodríguez Molina, 2007). 

La actividad física tiene beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales, y puede contribuir a la prevención y al control de muchas enfermedades, aunque el exceso de ejercicio físico se puede convertir en un problema que afecta la vida de las personas. En ese contexto se describe a la vigorexia como una condición que puede afectar la salud en diversos aspectos. 

No caben dudas de que la actividad física tiene beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales, y puede contribuir a la prevención y al control de muchas enfermedades. Uno de los principales motivos para iniciarse en la práctica de ejercicio físico es mantener la salud y obtener una buena forma física, aunque para realizar una práctica deportiva segura, saludable y efectiva es recomendable un examen de salud previo.  

Sin embargo, el exceso de ejercicio físico se puede convertir en un problema que afecta la vida de las personas y su orientación debe ser parte de la formación humana, especialmente de los profesores de educación física y profesionales vinculados al área de la salud, pues se señala que la obsesión y la compulsión a la práctica de actividades relacionadas con el entrenamiento y ejercicio, podría ser un precipitante hacia la vigorexia, la cual constituye un trastorno mental por insatisfacción de la imagen corporal debido a la subestimación de la forma y el tamaño de cuerpo, como consecuencia de la distorsión en la imagen del cuerpo experimentada por los afectados.

En ese contexto se describe a la vigorexia como una condición que se presenta mayoritariamente entre jóvenes que acuden a la realización de manera excesiva de ejercicios y dietas para alcanzar un cuerpo musculoso, sin tener en cuenta que ello puede afectar la salud en diversos aspectos. A manera de listado, los elementos claves que nos ayudarían a tener claridad si una persona podría tener vigorexia serían los siguientes:

1. Son personas que hacen mucho ejercicio físico, con el objetivo declarado de alcanzar una determinada masa muscular mayor que la que poseen. 

2. La cantidad de tiempo que dedican al ejercicio (hacerlo o pensar en hacerlo) entorpece su adaptación social, laboral, académica e incluso familiar y de pareja.

3. Los afectados presentan una alteración de la imagen corporal, por lo que se creen más débiles y delgados de lo que son.

4. La mayoría son hombres de edades entre los 18 y los 25 años. 

5. Con una frecuencia mayor que en la población general, aparecen otras conductas desadaptativas, como una alimentación inadecuada o consumo de fármacos peligrosos para la salud.

Se asocian las conductas de los sujetos vigoréxicos con las adicciones no químicas o de la conducta como son el juego, el trabajo, la comida o el sexo. La práctica  compulsiva del deporte proporciona placer, es decir, ejerce un papel de refuerzo, a su vez, disminuye "en principio" o de manera temporal la ansiedad y el estrés. Los sentimientos negativos que perciben los adictos al deporte cuando no pueden practicarlo resultan similares a los de abstinencia a otras conductas adictivas o incluso al consumo de sustancias psicoactivas. 

La explicación etiológica se ha llevado a cabo generalmente desde modelos multicausales, en los cuales se suele hablar de factores predisponentes, desencadenantes y mantenedores de la adicción, que se encuentran en constante interacción. Estos factores pueden ser socioculturales, psicológicos y biológicos. 

Al igual que en apartado anterior, veamos un breve video en el cual podemos hacer una aproximación a lo que le ocurre a una persona con este tipo de dificultades asociadas con el cuerpo y el ejercicio (dar clic en enlace de YouTube):






Adicción a las redes sociales virtuales y consumo de contenidos en Internet.




El uso de los llamados teléfonos inteligentes (smartphones) tienen una serie de ventajas que es importante mencionar como son la conexión a Internet, la capacidad de poder enviar y recibir textos, imágenes, videos, documentos y/o audios, poder contactar con la empresa, los clientes y/o los proveedores, relacionarte en las distintas redes sociales virtuales, la posibilidad de realizar más tareas en menos tiempo y otras mas. Por otra parte, el uso de los celulares y sobre todo el abuso o mas aún la adicción puede generar niveles más altos de ansiedad o de estrés, la incapacidad de podernos desconectar en algún momento del día, deterioro en tus relaciones sociales reales o también llamadas encuentros cara a cara, invasión del trabajo (estudio) en tu tiempo libre o viceversa, la pérdida de concentración y disminución de la productividad.

Un concepto que ha venido cogiendo fuerza en los últimos años es el de "nomofobia", este concepto hace alusión al miedo o ansiedad que experimenta una persona al estar separada de su teléfono móvil o sin acceso a este, ya sea por falta de batería, señal, o simplemente por no tenerlo cerca. El término, que proviene del inglés "no mobile phone phobia", se ha vuelto más común con el aumento del uso de teléfonos inteligentes y la dependencia a las redes sociales y la conectividad constante. En la siguiente imagen podemos ver algunas conductas que son propias de la nomofobia.  



Además de lo anterior, los síntomas que puede presentar una persona con adicción al celular, serían los siguientes:

1. Usar regularmente el teléfono móvil y dedicarle cada vez más tiempo, quitándoselo a otras actividades como el estudio, trabajo, quedar con amigos, ocio, etc.

2. Tener dos o más dispositivos y llevar siempre un cargador contigo.

3. Sentirte ansioso y nervioso ante la idea de perder el propio teléfono, no tenerlo cerca o disponible, o no poder usarlo por estar ‘fuera de lugar’, por la falta de conexión, la batería descargada…

4. Uso continuado del móvil en lugares y situaciones en las que está prohibido su uso o es peligroso (conduciendo, caminando, en el cine o en el teatro, restaurantes, etc.). También puede que se eviten estos contextos para poder seguir utilizándolo.

5. Mirar de forma continuada la pantalla del teléfono para ver si se has recibido mensajes o llamadas.

6. Mantener el teléfono móvil siempre encendido (24 horas al día) y dormir con él en la cama.

7. Tener pocas interacciones sociales cara a cara, preferir comunicarse utilizando las nuevas tecnologías.

8. Intentar de forma repetida controlar, reducir o parar el uso del móvil.

9. Contraer deudas o grandes gastos por el uso del teléfono móvil.

10. Estado de agitación, irritabilidad, angustia, desorientación y con frecuencia síntomas físicos como taquicardia, temblores, alteraciones en la respiración, etc.

A la vez, aquí también se proponen 9 pautas que nos ayuden a encaminarnos a un uso adecuado o moderado de nuestro teléfono inteligente. 

1. ¿Realmente necesitas la última versión?

Un 37% de los usuarios de móviles en general confiesa que no sabe utilizar todas las funciones de éstos, con el celular de alta gama pasa algo parecido, algunas veces, más que por su funcionalidad se adquieren porque son un símbolo de estatus. Para una mejor ilustración te invito a ver el siguiente video:




2. Desconectar el LED.

… esa lucecita verde o roja que se enciende y vibra para avisar si hay un mensaje nuevo produce impulsos irreprimibles: una vez encendida el usuario no puede contener las ganas de consultar la novedad.

3. Modo racional de consulta.

Consúltalo de vez en cuando, en vez de estar comprobando de modo continuo si hay mensajes en la misma. A veces se llega al extremo de consultar cualquier cosa que viene a la mente, para no dejar de usar el teléfono. Para que esto no ocurra, puede resultar muy útil configurar un modo racional de consulta.

4. Desenchúfate…

  • Una hora antes de dormir.
  • En las reuniones de con tus familiares y amigos. 
  • A la hora de la alimentación. 
  • En tú tiempo libre, ya que se diluye el límite del horario laboral (estudios) y borra la línea divisoria entre la vida personal y las obligaciones. 
  • “Deja en casa tu Smartphone cuando estás en un momento de ocio: aprende a disfrutar de todos los momentos de la vida, tanto del trabajo como de la familia, los amigos, el ocio… 
  • La vida es el trabajo y muchas más cosas. Diferencia el uso (trabajo) del abuso (excesivo) y de la dependencia”.

5. Distinguir

Es importante que aprendamos a distinguir entre lo que es urgente, lo que es importante y lo que es solamente informativo. Utilizar el Smartphone sólo para leer los temas urgentes o prioritarios y dejar el resto para el trabajo usual de oficina o de los estudios. Si no se aprende a hacer un uso más racional de estos dispositivos, puede llegar un momento en el que la ingente cantidad de información que generan nos desborden literalmente (recomiendo el tema la pandemia de las falsas noticias la cual también puedes encontrar en el presente Blog). 


 



6. Cógela suave

Las personas que tienen un Smartphone y consultan si tienen mensajes cada cinco minutos empiezan a esperar una gran velocidad de respuesta por parte de sus contactos y se genera un hábito difícil de romper. Se genera la creencia de que cualquiera debe estar siempre disponible para sus compañeros, amigos o familiares las 24 horas del día o incluso, hasta los fines de semana.

7. De a una en un una

El Smartphone está concebido para facilitar la realización de más tareas en menor tiempo. Sin embargo no caigas en el error de intentar realizar varias tareas a la vez, porque eso te hace invertir más tiempo que si las acometes de una en una, además de reducir tu concentración y productividad.

8. Socializar

Cuando la persona organiza su vida, más allá del trabajo en función de este instrumento y lo antepone a cualquier aspecto de su vida (familia, sueño, ocio, hacer ejercicio…) es un claro síntoma de que se ha convertido en un esclavo a esta tecnología. 

9. Comprueba si eres adicto

 


A manera de cierre, veamos otro video que aborda el tema de la adicción a los celulares y a los contenidos que consumimos por medio de ellos:




Referencias bibliográficas:

Bancolombia (2025) ¿Cómo tomar el control de tus finanzas y dejar las compras compulsivas? Documento en formato HTML, disponible en la pagina Web: https://blog.bancolombia.com/educacion-financiera/como-disminuir-compras-compulsivas/

Diez Marcet, Dominica, Valdeperez Toledo, Ana, Aragay Vicente, Nuria y Soms Casals, Mercé. (2016) El trastorno de compra compulsiva. En: Cuadernos de medicina psicosomática y psiquiatría de enlace. Numero 117, paginas de la 11 a la 16.   

Hernández Rodríguez, José y Licea Puig, Manuel Emiliano (2016) Algunos aspectos de interés sobre la vigorexia. En: Revista cubana de medicina integral. Volumen 32, Numero 3, Documento en formato HTML disponible en la pagina Web: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252016000300016 

Orbium (2025) ¿Qué es la nomofobia? Documento en formato HTML, disponible en la pagina Web: https://orbiumadicciones.com/nuevas-tecnologias/que-es-nomofobia/ 

Rodríguez Molina, José Miguel (2007) Vigorexia: adicción, obsesión o dismorfia; un intento de aproximación. En: Salud y drogas, Volumen 7, Numero 2. 289 - 308, pp. Documento en formato PDF, disponible en la pagina Web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83970205 

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