Realicemos un acercamiento a lo
que es la salud mental, también con la intención desde el principio, de ir valorando como estamos en relación con esta dimensión.
Si revisamos una
fuente de amplia consulta como sería la enciclopedia en línea Medline Plus
(2019), esta nos diría que la salud mental se refiere a un estado de
bienestar, que incluye lo emocional, lo mental y la esfera social, tiene
relación con nuestro día a día, la forma en que pensamos, sentimos y
sobre todo, actuamos, la forma como manejamos las situaciones de
ansiedad o de estrés, la manera en que tomamos decisiones, resolvemos los
conflictos, estos tres últimos aspectos, guardarían relación con otro concepto, la resiliencia.
Pasando a un breve ejercicio
práctico, para saber como estaría nuestra salud mental,
tendremos en cuenta la propuesta elaborada por el Psicólogo Corey Keyes, que expone las dimensiones de
la salud social positiva, es decir, es un concepto de salud mental que no se
centra de manera exclusiva o única en cada quien, el autor nos plantea lo siguiente:
Dimensiones de la salud social positiva (Keyes, 1998)
• Las
personas sanas se sienten parte de la sociedad, mientras que el aislamiento
social, la soledad, el extrañamiento y la falta de integración son síntomas de un mal funcionamiento
psicológico.
• Las
personas socialmente adaptadas sostienen concepciones favorables sobre la
naturaleza humana y se sienten confortables en compañía de otros.
• La
gente se siente a gusto consigo misma y se acepta tanto en sus virtudes como en
sus defectos es un buen ejemplo de salud mental.
•
La
gente más sana es aquella que tiene esperanza respecto al futuro de la sociedad
y confía en poder ser beneficiaria y partícipe del bienestar que la sociedad
genera.
• Las
personas más sanas, no sólo se preocupan por el mundo que les ha
tocado vivir, se sienten capaces además, de entender lo que ocurre a
su alrededor.
Este autor menciona unos criterios para el diagnóstico de la salud
mental, y lo hace con una lógica parecida a como se redactan o escriben los
criterios para el diagnóstico de las diversas psicopatologías. Keyes va ha plantear un total de 13 criterios o síntomas y en la medida en
que estén más presentes en nuestras vidas, se tendría un nivel
mayor de salud mental (cognitiva, emocional y social). Veamos a continuación el
listado de criterios que el teórico propone para el diagnóstico de la salud
mental.
Criterios diagnósticos de la salud mental (Keyes, 2005).
Hedonía: se requiere un nivel alto en, al menos, una de las escalas de síntomas (síntomas 1 y 2).
Funcionamiento social positivo: se requiere un nivel alto en seis o más de las escalas de síntomas (síntomas del 3 al 13).
Descripción de los síntomas
1. Sentirse habitualmente contento, feliz, tranquilo, satisfecho y lleno de vida (afecto positivo durante los últimos 30 días).
2. Sentirse satisfecho con la vida en general o con la mayor parte de sus ámbitos: trabajo, familia, amigos, pareja, estudio y demás (Satisfacción con la vida).
3. Tener actitudes positivas hacia uno mismo, admitirse, aceptarse tal y como uno es (autoaceptación).
4. Tener actitudes positivas hacia las otras personas conociendo, aceptando su diversidad y complejidad (aceptación social).
5. Ser capaz de desarrollar el propio potencial, tener sensación de desarrollo personal y estar abierto a experiencias que supongan un reto (crecimiento personal).
6. Creer que la gente, los grupos sociales y la sociedad tienen un potencial de crecimiento y que evolucionan o crecen positivamente (actualización social).
7. Proponer metas y sostener creencias que confirman la existencia de una vida llena de sentido y de objetivos (propósito en la vida).
8. Sentir que la vida de uno mismo es útil a la sociedad y que los resultados de nuestras actividades son valorados por otras personas (contribución social).
9. Tener capacidad para manejar entornos complejos, así como para elegir aquellos que puedan satisfacer necesidades (dominio del entorno).
10. Estar interesado en la sociedad y en la vida social; sentir que la sociedad y la cultura son inteligibles, lógicas, predecibles y con sentido (coherencia social).
11. Tener opiniones propias y ser capaz de resistir a la presión social (autonomía).
12. Tener relaciones afectivas francas y satisfactorias con otras personas, así como ser capaz de desarrollar empatía e intimar (relaciones positivas con otras personas).
13. Poseer un sentido de pertenencia a una sociedad que mejore nuestra calidad de vida y tener el sentimiento de que nos acoge y ofrece un cierto grado de protección (integración social).
Como se puede apreciar en esos criterios, hay en unos que el autor hace énfasis en la propia persona, en otros estará más en el entorno y habrá también, algunos criterios que se encuentran en ambas partes, es decir, tanto en la persona como en su entorno social inmediato.
Vamos a retomar el tema de las emociones, recordemos, que la tristeza y el miedo por ejemplo, son denominadas emociones primarias, mientras que la depresión y la ansiedad son emociones secundarias. Pero bueno, ¿qué es la tristeza?, además de ser una emoción primaria, cumple una función de reintegración y recuperación de los recursos adaptativos, facilita el que podamos dirigir la mirada hacia adentro, activa los recuerdos, además de que nos aplaca o nos calma y luego de haber cumplido su propósito, se agota o se finaliza, cuando cumple su misión.
La tristeza, además,
tiene entre sus funciones favorecer la supervivencia o adaptación, ayuda
a la conservación de la energía, tiene un valor comunicativo, nos permite pedir
ayuda si nos sentimos desamparados, además de ayudar a mantener la unión ante
situaciones de catástrofe y nos permite buscar soluciones almacenadas, si
tenemos un problema difícil de resolver. Una de las causas inmediatas de la
tristeza, esta asociada a las situaciones de perdida, con relación a esto,
veamos el siguiente gráfico:
Según
el gráfico anterior, hay varios tipos de perdidas con relación a objetos,
personas o situaciones, frente a la perdida las respuestas emocionales más
frecuentes serán por supuesto, la tristeza y la rabia, pero esto sería el comienzo de lo que se denomina proceso de duelo, que se da en situaciones de perdida, no solo ante el
fallecimiento de un ser querido o posterior a la ruptura amorosa, también se
puede presentar ante otras contingencias.
El duelo es una respuesta
que no es aprendida (aunque por supuesto está influenciada por el contexto
social y cultural), por lo tanto, es un mecanismo de
adaptación que podemos considerar como normal, tiene una utilidad y además
podemos identificar (dependiendo de la fuente que consultemos) varias fases o
etapas, las cuales pueden variar y no necesariamente se van a presentar de
manera lineal, una detrás de la otra en el orden que se puedan presentar. Se puede,
no obstante, plantear cuatro fases o etapas:
1. Embotamiento de la sensibilidad: el
sujeto se siente aturdido, incapaz de entender lo ocurrido.
2. Anhelo y búsqueda: la persona no
acepta que la pérdida sea permanente.
3. Tristeza propiamente dicha
(aceptación de la perdida).
4. Etapa de reorganización.
La tristeza y la depresión.
Si bien es cierto se parecen, resulta que son diferentes, en la depresión se denotan más los siguientes aspectos:
- La autoevaluación negativa.
- Los sentimientos de soledad y de aislamiento interpersonal.
- Se presenta en mayor grado la generalización excesiva.
- Sin conciencia clara de la causa por parte del sujeto.
- Tiene una mayor duración en el tiempo.
- Tiene una mayor intensidad.
- Los sentimientos de desesperanza.
- Ideación negativa y pesimismo.
- Dificultades en el sueño.
- Alteración en el apetito.
- Falta de concentración.
- Puede haber alteración en el paso del tiempo.
- Inseguridad.
- Preocupación excesiva y desproporcionada.
- Menor interés en mantener relaciones sociales y/o sexuales.
Tipos de depresión
- De acuerdo con la intensidad de la sintomatología (leve, moderada, grave).
- Depresión mayor: agrupación de síntomas afectivos y severidad de los síntomas.
- Distimia: baja autoestima, estado melancólico, triste y apesadumbrado, que se extiende en el tiempo, incluso por dos años o más.
- Trastorno afectivo bipolar: episodios reiterados en los que el estado anímico y los niveles de actividad del paciente están profundamente alterados, alternancia de estados depresivos, de rabia y de conducta impulsiva.
Factores protectores
• Ausencia de antecedentes psicopatológicos
familiares y personales.
• Locus de control interno (asumir mi responsabilidad en relación a lo que me sucede).
• Adecuado nivel de autoestima.
• Haber adquirido habilidades sociales y de
asertividad.
• Escasa tendencia a culpabilizarse.
• Actitud y visión optimista.
• Factores socio culturales diversos.
¿Qué hacer frente a la depresión?
• Acudir al médico general.
• Solicitar cita psicológica.
• No consumir fármacos sin prescripción médica.
• No permanecer en la cama.
• Realizar actividades.
• Pensar en actividades nuevas.
• Realizar ejercicio físico.
• Romper con la rutina.
• Cuidar el aspecto físico.
• Cuidar de la alimentación.
• Ser comprensivo y tolerante consigo mismo.
• Reserva un tiempo para ti.
• Si tienes un problema analizarlo objetivamente.
• Realizar actividades en la naturaleza.
• Expresar las emociones.
• Realizar actividades de ayuda a los demás.
• Analizar en que situaciones te encuentras mas deprimido.
• No entregarse a la autocompasión.
• Procurar mantenerse ocupado la mayor parte del tiempo.
• Procurar tener una persona o varias personas a las que puedas contar tus problemas, pero sin llegar al victimismo.
• Realizar
un curso.
• Aprovechar
los fines de semana.
• Acudir
a una charla, foro o seminarios de interés.
• Compartir
con unos amigos.
• Renovar
la decoración del hogar.
• Ir
a un spa (peluquería – barbería).
• Ir
de caminata o de compras.
• Escuchar
música.
• Hacer
crucigramas, sopas de letras, sudokus, entre otros.
• Plantar
semillas, sembrar arboles o cuidar el jardín.
• Celebrar
el cumpleaños, dar una fiesta sorpresa…
• Tocar
un instrumento.
• Pasear
en bicicleta, salir a caminar.
• Tener
una mascota.
• Leer un libro.
• Practicar Yoga, Tai – chi, meditación,
técnicas de respiración y de relajación.
• Crear
un lugar que invite al descanso.
A manera de cierre, si
la tristeza ha llegado, no la eches a un lado, tradúcela, destápala y comienza
a preguntarte sobre cual es su mensaje, si por el contrario lo que llega a tu vida
es la depresión busca ayuda, escarba en tu autoestima, revélate a la muerte,
llama a gritos la alegría, pero jamás te quedes quieto... no
malgastes el privilegio de estar vivo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario